Parte – 1 ¿Han sido proporcionadas, útiles y justificadas las medidas de confinamiento, distanciamiento social, el uso de mascarillas, la eliminación de derechos básicos, etc.?
Parte – 2 ¿Son realmente fiable los PCR?
Parte – 3 “No existen datos que permitan concluir que el distanciamiento social y el uso de mascarillas haya podido amortiguar el desarrollo de la pandemia”
Querido amigo:
En unos pocos meses el mundo ha sufrido un enorme cambio a causa del fenómeno “Coronavirus”. Han fallecido muchas personas y quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mis condolencias a familiares y amigos.
Las economías mundiales han entrado en una crisis sin precedentes no conocida desde la segunda guerra mundial, causando una nueva ola de pobreza que afecta duramente a las poblaciones mas pobres y a las clases medias, empobreciendo a ambas aún más que en la crisis financiera de 2008. Una nueva y aún más grave crisis económica y social ya estaba en el horizonte años atrás debido a la equivocada política económica y financiera que se lleva a cabo desde hace décadas. La pandemia ha venido en su sombra y ha sido su lanzamiento y multiplicador.
En poco tiempo se han eliminado gran número de derechos básicos de los ciudadanos y estamos frente a la amenaza de que los distintos gobiernos no los devolverán a los ciudadanos una vez finalizada esta pandemia tan singular. Las medidas adoptadas superan, en mucho, a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, violando los pactos internacionales y las Constituciones de los países democráticos. Los gobiernos implantan diariamente nuevas medidas “sanitarias” y de “seguridad ciudadana” en base “a una nueva lógica” que carecen de sentido común, de un análisis científico llevado a cabo por científicos y de toda proporcionalidad. Los medios de comunicación se han puesto de acuerdo en hacer la ola a los gobiernos, bombardeando a sus escuchantes y lectores, en un ambiente de miedo y pánico, con informaciones interesadas sobre si la tierra es plana o si las hojas de los árboles son verdes en agosto, tal como auguró Chesterton para nuestros tiempos hace ya 100 años.
Querido amigo, en las reflexiones en las que vamos a entrar, vamos a intentar separar paso a paso el trigo de la paja, con el fin de encontrar unas verdades mínimas dentro de la gran sopa de información que está creando un caos destructivo. En base a estas verdades mínimas, podrá despejarse fácilmente todo lo demás.
Tú como yo debemos elegir si queremos entrar en este “nuevo mundo”, a cuyas puertas nos encontramos, con la verdad en las manos o con un mar de informaciones caóticas y sin sentido. Conociendo la verdad, puede que nos demos cuenta del valor de lo que hemos ido abandonando paulatinamente, que es la sabiduría que han adquirido los distintos pueblos en un proceso milenario y que siempre han sido la herramienta que les ha permitido sobrevivir y crear riqueza, en un mundo que nunca podremos entender, por muy avanzada que sea la ciencia. Una sabiduría inherente, transmitida a lo largo de siglos de madres a hijos, de abuelos a nietos y por sabios y religiosos.
Una vez separado el trigo de la paja, la verdad vuelve a construirse y todo aparece iluminado por una luz nueva. Me conformo con aislar dos granos de trigo: 1º, cual es la peligrosidad de SARS-COV-2 y 2º, que fiabilidad tienen los tests en la detección del virus. Con estos dos granos de trigo aislados, nos permitimos realizar un pequeño análisis de las consecuencias de esta singular pandemia. Sobre todo, conocer las causas del importante exceso de mortalidad en algunos hospitales y residencias de ancianos en varios países del mundo, particularmente en Europa.
Si tienes la esperanza de que vamos a hacer esta reflexión en pocos minutos, te tengo que defraudar. Tengo que pedirte un importante esfuerzo de unas dos horas y media, pero te prometo que va a ser apasionante. Podemos interrumpirlo cuando quieras y tomarnos un descanso para continuar en otro momento. Si le resultara útil, me quedará la satisfacción de haber podido aportar algo en un camino a un mundo mejor, en caso contrario te pido perdón por haberte hecho perder el tiempo.
Norbert Nägele